viernes, 23 de mayo de 2014

Resumen de un fragmento de la obra Recuerdos de un viaje artisitico

El artista se encuentra en la ciudad de Toledo, y sin duda uno de los edificios más bonitos que puede encontrar es la basílica de Santa Leocadia.
Después de un largo rato para recorrer la ciudad, decidieron dirigirse a la basílica para conocer más sobre su historia. La basílica de Santa Leocadia se encontraba situada en una gran vega que se extendían hacia otras colinas que rodeaban a un rio. El edificio como tal no tenía un gran diseño arquitectónico pero si guardaba mucha historia en sus instalaciones.
Cuando se encontraban en la vega, antes de llegar a la basílica, pudieron tropezar con varias ruinas como el anfiteatro y otras ruinas de las antiguas fábricas. Después de un cuarto de hora ya se aproximaban al edificio de la antigua basílica, en donde se podía apreciar el carácter religioso que retomaba el edificio, que actualmente tiene el nombre de Cristo de la Vega.
Al encontrar la verja de hierro, decidieron entra y se dirigieron inmediatamente con ayuda del guía hacia la ermita. Todo se encontraba en silencio, solo se escuchaba el ruido de la naturaleza; por el camino hacia la ermita encontraron el atrio, que es un pequeño cementerio que sirve a los cononigos y marca la entrada a la ermita.
Desde la entrada de la ermita se puede notar todo la historia que guarda y lo imponente que es a pesar de su sencillez. El guía los invitó a entrar para conocer la iglesia antes de que se escondiera la poca luz que quedaba; inmediatamente iluminados por el crepúsculo de la tarde se notaban todos las obras y los personajes presentes en la basílica de Santa Leocadia, lo cual sumergía a este pedazo de historia en el mundo fantástico y transparente que quiso mostrar el pintor.
La primera figura que resaltaba era la efigie de Cristo, en la que aún se notaba su boca un poco entreabierta como si aún viviera en el momento que dijo “Yo soy testigo”. Era una figura  imponente pues además de su gran tamaño era la que finalmente la había dado el nombre a la ermita. Continuando con el recorrido fueron reconociendo otros efigies y altares en medio de la oscuridad, que recuerdan aquellos capítulos vividos en la civilización y la sangre derramada en el capitolio.
La basílica mostraba una era brillante e histórica que da nombre y prestigio a la ciudad de Toledo,  finalmente la antigua basílica fue reconstruida por piadoso arzobispo.

Por última vez echaron un vistazo lleno de tristeza y un respetuoso silencioso empezaron a retornar aun con sus pensamientos y su imaginación despierta que los acompaño a atravesar el cementerio y el camino de los cipreses que conducía a la verja,  para ir nuevamente de vuelta a la ciudad.

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